Una ola de nuevas investigaciones utilizando décadas de datos de satélites de la NASA ha revelado que la Tierra está perdiendo sus reservas de agua dulce a un ritmo sin precedentes. Los efectos combinados del cambio climático, la sobreexplotación de aguas subterráneas y el empeoramiento de las sequías están agotando rápidamente los acuíferos subterráneos y los suministros de agua superficial. Esta pérdida no solo amenaza el agua potable y la seguridad alimentaria para miles de millones de personas, sino que también es ahora un importante impulsor del aumento de los niveles del mar, superando incluso el impacto del deshielo de glaciares. Los científicos han identificado cuatro regiones de 'mega-sequía', todas en el Hemisferio Norte, donde la escasez de agua se está volviendo especialmente aguda. Los expertos advierten que sin una acción urgente, el mundo enfrenta un futuro de graves escaseces de agua y riesgos globales en aumento.
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